La alimentación saludable es muy importante en el ser humano ya que de eso depende una vida sin enfermedades, pero hay dos momentos clave en los que se debe prestar especial atención y son: el embarazo y la niñez. Específicamente hablaremos sobre la alimentación prenatal, es decir antes del nacimiento.
En el embarazo, la mujer sufre una serie de cambios anatómicos y fisiológicos como, por ejemplo: aumento de los senos, expansión de las caderas, del vientre, alteraciones en el sistema cardiovascular, aumento del volumen de la sangre, aumento del nivel de la hormona luteinizante y del plasma; por mencionar algunos.
Hay un cambio en particular que se asocia directamente con el sano crecimiento del bebé y es el peso. El embarazo cambia los requerimientos de nutrientes de una mujer, en particular, las necesidades de micronutrientes específicos aumentan en gran medida, de ahí que es fundamental que una mujer cumpla con estos requisitos adicionales para apoyar el desarrollo óptimo del bebé.
Existen algunos mitos populares que conllevan a un aumento radical de peso, por ejemplo, el hecho de pensar que se debe comer por dos, los antojos o, por el contrario, comer menos para no “engordar”. El embarazo requiere, ante todo, responsabilidad, ya que una vida depende de nosotros y dejarse llevar por estos mitos podría acarrear consecuencias como: diabetes gestacional, alta presión y preclamsia o nacimiento prematuro.
Las recomendaciones de la nutrióloga Dra. Ana Lafuente para alimentarse sanamente en el embarazo son:
No dejar de comer ni comer en exceso, sino adaptar los hábitos alimenticios para que sean lo más saludable posible.
Evitar alimentos procesados como: bebidas azucaradas, panes, galletas, así como los que tengan exceso de grasa, tales como papas o pollo frito.
En cambio, se sugiere consumir mucha agua y alimentos con fibra que ayudarán a una buena digestión; alimentos naturales como frutas, verduras, sin olvidar los granos, cereales como: avena, quinua, y las proteínas: salmón, pescados blancos, pollo y carnes rojas para subir los niveles de hierro.
Otra recomendación importante es comer más veces en el día, racionando las porciones, no porque se coma mucho es malo; cuando los alimentos se balancean adecuadamente, es mejor.
Finalmente es importante enfatizar que, al cuidar nuestro cuerpo, cuidamos y protegemos al bebé para que el alumbramiento sea un momento feliz y un inicio sano de la mano con la madre.